El 8 de febrero es una fecha que resuena con dolor y memoria en la historia de España. En este día se conmemora la Desbandá, un episodio trágico de la Guerra Civil que superó incluso a otros eventos devastadores como el bombardeo de Guernica. Este suceso representa un capítulo oscuro en la historia, donde aproximadamente 250,000 personas, entre las que se encontraban ancianos, mujeres y niños, se vieron forzadas a huir de Málaga hacia Almería, buscando escapar del terror y la represión de las tropas franquistas. A lo largo de su trayecto, la Desbandá dejó una huella imborrable en los pueblos de la Axarquía, donde sus habitantes fueron testigos de esta tragedia humana.
En medio de este caos, es fundamental recordar a aquellos héroes anónimos que, con valentía, intentaron hacer la diferencia. Uno de estos valientes fue Anselmo Antonio Vilar García, el primer farero de Torre del Mar desde 1864, quien tomó una decisión crucial que salvó miles de vidas durante esos días oscuros.
La Desbandá: un exilio forzoso
La Desbandá es el término que se utiliza para describir el éxodo masivo de personas que, asustadas por la llegada de las tropas franquistas, abandonaron Málaga entre el 6 y el 8 de febrero de 1937. Este movimiento migratorio se convirtió en una carrera desesperada por la supervivencia, donde hombres, mujeres y niños se encontraron en un estado de pánico absoluto.
El camino hacia Almería no solo fue físicamente agotador, sino que también estuvo marcado por la angustia y el sufrimiento. Las personas se desplazaban en condiciones infrahumanas, muchos a pie y otros en vehículos improvisados. En su trayecto, se enfrentaron a numerosas amenazas, incluyendo bombardeos aéreos y ametrallamientos por parte de la aviación franquista.
Anselmo Antonio Vilar García: el farero valiente
Anselmo Antonio Vilar García, originario de Galicia, se convirtió en el farero de Torre del Mar en 1930. Durante los días críticos de la Desbandá, su valentía se hizo evidente. En las noches del 6 y 7 de febrero, él tomó la audaz decisión de apagar la luz del faro, con el objetivo de ocultar el movimiento de las personas que huían por la costa. Este acto heroico fue decisivo para salvar vidas, ya que evitó que los aviones de reconocimiento y los barcos de guerra franquistas localizaran y bombardearan a los fugitivos.
Sin embargo, su sacrificio no quedó sin repercusiones. Al poco tiempo de que las tropas franquistas ocuparan Vélez-Málaga, Anselmo fue arrestado, juzgado y condenado a muerte. Su valentía fue reconocida por algunos, pero su historia fue eclipsada por la brutalidad del momento histórico.
El impacto del apagón del faro
El apagón de Anselmo tuvo un efecto significativo en la dinámica de la Desbandá. Al dejar el faro en la oscuridad, logró que la costa de Almayate, Torre del Mar y Caleta se convirtiera en un refugio temporal para los huidos. Su decisión permitió que muchas personas se ocultaran de los aviones, que realizaban constantes pasadas por la zona, y evitaran ser víctimas de los ataques aéreos.
- La oscuridad ayudó a ocultar a los fugitivos de los bombardeos.
- Las tropas franquistas no pudieron localizar a la gran masa de personas que se movía a lo largo de la costa.
- El faro de Torrox, que permaneció encendido, facilitó el ataque a la ruta de escape en Nerja, Almuñécar y Salobreña.
La valentía de Anselmo no solo salvó vidas, sino que también marcó un acto de resistencia ante la opresión. Su historia es un recordatorio de cómo un individuo puede hacer una diferencia en momentos de crisis.
Cementerio de Torre del Mar: el lugar de descanso de un héroe
La historia de Anselmo Antonio Vilar no termina con su heroísmo, sino que culmina en su trágico destino. Después de ser capturado, fue fusilado el 10 de febrero de 1937, en las paredes del cementerio de Vélez-Málaga. Este lugar se convirtió en su última morada, donde reposa un héroe que arriesgó todo por salvar a otros.
El cementerio no solo es un lugar de descanso, sino un símbolo del sacrificio y la valentía. La memoria de aquellos que lucharon por la libertad y la justicia debe ser preservada y recordada. Anselmo es uno de los muchos que, al igual que él, no recibieron el reconocimiento merecido en su tiempo.
El legado de la Desbandá en la memoria colectiva
La Desbandá y la historia de Anselmo Antonio Vilar García son elementos fundamentales en la memoria colectiva de España. A pesar del paso del tiempo, es esencial seguir contando estas historias, no solo para honrar a los que sufrieron, sino también para aprender de los errores del pasado.
El legado de estas tragedias resuena en la actualidad, y la conmemoración de la Desbandá se ha convertido en un acto de memoria y justicia. En cada aniversario, se recuerda a los que se vieron forzados a abandonar sus hogares y a aquellos que, como Anselmo, lucharon por la vida de otros, a menudo en silencio y olvidados por la historia.
La importancia de la memoria histórica
Recordar eventos como la Desbandá es crucial para comprender el impacto de la Guerra Civil en la sociedad española contemporánea. Este tipo de conmemoraciones fomentan el diálogo y la reflexión sobre cómo el pasado sigue influyendo en nuestras vidas y en nuestra sociedad actual.
- Permiten honrar la memoria de las víctimas.
- Facilitan la transmisión del conocimiento histórico a las nuevas generaciones.
- Fomentan una cultura de paz y reconciliación.
La historia de Anselmo y la Desbandá es solo un fragmento de un período complejo y doloroso. Sin embargo, es un recordatorio poderoso de la resiliencia humana y del valor que se puede encontrar incluso en los momentos más oscuros.
Para aquellos que deseen profundizar en esta temática, se puede ver el siguiente video que rememora la Desbandá y sus consecuencias:
La memoria de Anselmo Antonio Vilar García y de los que sufrieron durante la Desbandá debe seguir viva, ya que su valentía es un testimonio de la resistencia ante la adversidad y un llamado a la paz y la reconciliación.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Farero de Torre del Mar fusilado al salvar miles de vidas puedes visitar la categoría Noticias.


